febrero 2023

Día Internacional de la Mujer y la Niña en Ciencia

Dedicarme al estudio de tortugas fue lo mejor que pude hacer.

France de Lapparent. Paleontóloga

Por Juliana Sterli

El día Internacional de la Mujer y la Niña en Ciencia tiene como objetivo visibilizar el trabajo de las mujeres en la ciencia y promover su plena participación. Se celebra cada 11 de febrero y fue implementado en 2015 por la UNESCO y ONU-Mujeres.

Para celebrar y homenajearnos en este día especial, charlamos con la paleontóloga francesa France de Lapparent.

Nacida en 1938 en Francia, es una especialista en tortugas y cocodrilos extintos. Ha estudiado numerosos fósiles principalmente del Cretácico, Eoceno y Mioceno de Europa, África y Sudamérica siempre en comparación con especies actuales y considerando el contexto paleogeográfico.

Realizó sus estudios de grado en el Instituto Católico de París y en La Sorbonne (París, Francia). En 1966 se incorpora al Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS) trabajando durante toda su carrera en el Muséum national d’Histoire naturelle de París.

France realizó la tesis sobre las tortugas fósiles de Francia (de Broin 1977). Ha realizado numerosos viajes a visitar colecciones y a realizar trabajos de campo en todos los continentes. En 2003 se jubiló, pero sigue vinculada a actividades académicas. Ha publicado más de 125 trabajos y ha nominado más de 40 especies de tortugas y cocodrilos extintos.

Sin dudas una referente mundial sobre el estudio de las tortugas y cocodrilos fósiles, que todos los que hemos estudiado o leído sobre esta temática,  nos hemos basado en su trabajo.

Para conocerla y conocer otros aspectos de su persona más allá de lo académico, procuro con esta entrevista inspirar a otras personas, como siempre  lo ha hecho France. En especial a mujeres y niñas.

Juliana Sterli: Su abuelo fue un científico muy importante en su país ¿fue él quien la hainspirado para dedicarse a la paleontología?

France de Lapparent: Pertenezco a una familia numerosa con varios geólogos: mi bisabuelo Albert Auguste de Lapparent fue autor de periodos estratigráficos y de un tratado de geología a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Mi abuelo, Jacques de Lapparent, fue profesor de Mineralogía y dos de mis tíos fueron geólogos. Abbé (Abad) Albert Felix de Lapparent, además, estudió dinosaurios.

Con toda esta historia, uno de mis primos, Jacques Kornprobst me invitó a estudiar Ciencias Naturales como él en la Facultad de Ciencias de La Sorbonne en París.

Antes, estuve un año en el Instituto Católico de París. Lo dirigía Abbé A. F. de Lapparent y era el primer paso para su Escuela de Geólogos (futuro Instituto Albert de Lapparent–IGAL–). Supongo que mis padres tenían más confianza en este “medio”que en el de la universidad. Y después de mis estudios en La Sorbonne, es Abbé el que me llevó al Muséum National d’Histoire Naturelle en el área de paleontología.

Alli se abría un doctorado de tercer ciclo (certificado superior de Paleontología y Anatomía Comparada y primera tesis), con una beca. Me postulé y como objeto de esta tesis, el director Pr J.-P. Lehman me propuso escoger entre el estudio de peces de Brasil y los cocodrilos del Sahara. ¡Lo que he elegido está a la vista! ¡Así que estoy en deuda con mi familia y particularmente con mi primo y mi tío Abbé!

Albert de Lapparent (bisabuelo de France). Foto: Wikipedia.
Jacques de Lapparent (abuelo de France). Foto: compartida por FdL.
Hablando en la campaña. Izquierda: Albert-Felix de Lapparent (tío de France). Derecha: Frédéric M. Bergougnioux. Foto: http://www.minouxia.fr/Minouxia-1935/ALapparent-Bergougnioux.htm

JS: Si no fuera paleontóloga, ¿qué otra carrera hubiera elegido?

FdL: Vengo de una familia católica muy “burguesa clásica” con muchos niños: soy la cuarta de nueve hermanos. Así que no había bastante dinero para pagar escuelas superiores caras y se daban pocas becas. Así que estos parámetros influyeron en mi elección. Como así también el hecho de ser una mujer.

Después del bachillerato, quería integrar la Escuela Superior de Arte de París: el dibujo era mi pasión desde niña. En casa pasaba mi tiempo dibujando princesas, héroes de cuentos, de historia. Mis padres no quisieron que fuera a la Escuela Superior de Arte. ¿Tal vez porque no consideraban que estuviese bien que una de sus hijas fuera artista? ¿O tal vez porque el medio no les era conocido?

Mi otra pasión después del dibujo es la botánica. En el Instituto Católico tuve un profesor excepcional de botánica. Es así que cuando terminé la licenciatura, quería especializarme en botánica pero en ese momento no había beca para ese tema. Quise ir a la Escuela de Botánica y Jardines de Versalles, pero esto tampoco convenía porque era lejos. Estaba la posibilidad de preparar la especialización para la enseñanza en las escuelas, pero no lo hice. Por el contrario, elegí la beca de la Universidad de París para el “tercer ciclo” de Paleontología y Anatomía Comparada del Muséum y así me convertí en paleontóloga.

France dibujando en su laboratorio, 1976. Foto: FdL.

JS: ¿Cómo comenzó a estudiar tortugas y cocodrilos extintos?

FdL: El destino hizo que me dedicara principalmente a las tortugas, ¡fue una suerte! En el Muséum National d’Histoire Naturelle de París hice la primera tesis con los cocodrilos inéditos del Cretácico Inferior del Sahara (Argelia, Túnez, Nigeria) descubiertos por A. F. de Lapparent y otros geólogos famosos. La tesis incluía, entre varias especies, ¡un cocodrilo gigante del Sahara, que luego hemos nominado Sarcosuchus imperator! Las circunstancias hicieron que, en vez de hacer mi segunda tesis sobre cocodrilos, me haya tenido que pasar a las tortugas. Las tortugas eran numerosas en los yacimientos sedimentarios desde el Triásico hasta los tiempos históricos, y mucho material esperaba su estudio o una revisión. Mientras que, a mis directores, los cocodrilos les parecían más conocidos. Dedicarme principalmente a las tortugas fue lo mejor que pude hacer.

Foto de la tesis de France de Lapparent. Foto: Juliana Sterli.

JS: ¿Cuál es su tortuga o grupo de tortugas preferido?

FdL: Mis tortugas preferidas con las tortugas pleurodiras. Tienen la cintura pélvica suturada al caparazón y retraen su cuello en el plano horizontal dentro del caparazón.

¡Este grupo es muy numeroso en Argentina! He seguido particularmente su evolución en el mundo. Pienso particularmente en una forma recientemente publicada, del Cretácico Superior de África, de Nigeria, Ragechelus sahelica Lapparent de Broin, Chirio y Bour 2020. La he considerado como el representante más antiguo del linaje de la tortuga actual Erymnochelys de Madagascar. Su estudio ha permitido identificar la existencia de este linaje separado del linaje de la misma familia de América del Sur desde la ruptura del Gondwana. Es apasionante ver la evolución separada, vicariante, distinta pero paralela. Esto necesita de nuestra parte, como investigadores, una observación fina de la morfología, separando bien las diversas maneras de obtener un resultado particular en cada linaje continental, y no dejarse  obnubilar por una semejanza global: lo que es muy difícil cuando el material es fragmentario y es por eso por lo que este cráneo de Ragechelus sahelica es tan interesante.

Cráneo de Ragechelus sahelica, tortuga del Cretácico Superior de Nigeria (Lapparent de Broin et al., 2020).

JS: ¿Qué parte del trabajo paleontológico disfruta más?

FdL: Me encantaba ir de campaña, sobre todo realizar las exploraciones preliminares y comprender las formaciones geológicas. Pero también me gusta mucho determinar un nuevo fósil, analizando cuáles son sus características principales y, basado en esto, con qué taxones están más relacionados y por cuáles características.

France en la mina Mae Moh, Tailandia. Foto: FdL.

JS: ¿Ha realizado muchos trabajos de campo? ¿Adónde?

FdL: Como dije anteriormente, los trabajos de campo me encantan. Me gustan por el buen ambiente: disfrutar encontrando fósiles nuevos o más cantidad, el humor general de las campañas y compartirlas con buenas amistades, colegas, estudiantes, gente nueva.  Todo eso sin olvidar el tratar de entender a la vez cómo ha sido el proceso de formación del sitio y descubrir un elemento nuevo que permita determinar el animal fósil, o un animal nuevo raro, y la edad del terreno. 

Además, estando en la naturaleza disfrutar de la belleza del lugar, del paisaje, de la flora, etc. La mayoría de mis trabajos de campo fueron cortos. En general, mis viajes de campo o se unieron la prospección y la visita de terrenos ya explotados a la excavación, o eran dedicados solo a la excavación. El trabajo de campo demanda preparación de antemano: informarse sobre la geología del área, de los taxones que se pueden encontrar en el periodo estratigráfico y en el ambiente. Además, hay que encontrar colegas libres, preparar el material y sobre todo encontrar financiamiento.

Por ejemplo, en Rians (Var, Francia) he dirigido dos campañas junto a colegas del laboratorio. De allí provienen los restos más antiguos de Europa de la tortuga pleurodira Neochelys y de ciertos mamíferos. Era excitante descubrir nuevos especímenes y era muy satisfactorio encontrar vertebrados con esqueletos articulados.

France de campaña en los Fosfatos Khouribga, Marruecos. Foto: FdL.
France en Fox-Amphoux, Francia, 1979 con Ph. Taquet. Foto: FdL.

JS: Durante los años activos de su carrera ¿había muchas mujeres paleontólogas? ¿Cómo era ser mujer en un área de estudio dominada por hombres?

FdL: Sí, había varias mujeres paleontólogas también en el Muséum y en la Universidad de París y entre ellas había ciertas paleontólogas famosas en su especialidad como la Dra. Sigogneau- Russell en mamíferos basales y la Dra. Debrenne en Archaocyatha. En 1955, el laboratorio de Paleontología del Muséum estaba en gran desarrollo gracias a la nueva participación del CNRS (Centro Nacional de la Investigación Científica). El Pr Lehman pudo recibir durante 10 años una gran cantidad de investigadores en todas las disciplinas: Invertebrados (Macro), Micropaleontología, Corales-arrecifes, Paleobotánica, Vertebrados (y principalmente su equipo de vertebrados basales). La parte de paleobotánica fue dirigida por una mujer y el equipo de corales-arrecifes fue dirigido por la Dra. Debrenne. Pero para la paleontología de Vertebrados, había que enfrentarse a los hombres geólogos, miembros de la comisión de Geología del CNRS, que eran muy machistas y tomaban siempre en primer lugar a sus estudiantes varones, incluso aunque tuvieran menos antecedentes. 

Personalmente he tenido que esperar a la cuarta posibilidad para entrar al CNRS, después de varones que estaban conmigo en el tercer ciclo de Paleontología y Anatomía Comparada. Incluso, ellos luego se hicieron Profesores o Directores de investigación del CNRS. En el CNRS, para seguir la carrera de Director de Investigación para los estudios de vertebrados había un concurso. En el concurso, las mujeres siempre estaban posicionadas en segundo y, a veces, hasta en cuarto lugar, ¡y no pasaban incluso si eran muy famosas como por ejemplo Russell, Eisenmann, y Wenz! Así que yo misma, orgullosa como era, no he querido presentarme para ser rechazada y me quedé como “Encargada de investigación”. Después, y hasta ahora, el machismo se ha ido reduciendo y compañeras mías pudieron pasar al rango de Directora (¡pero la primera recién a la cuarta vez que se presentó!). En otras disciplinas, como Biología y Micropaleontología, disciplinas tal vez no tan apreciadas en la época, no había distinción de género en la elección.

También era más fácil para los hombres en París obtener fondos para las campañas. Yo misma, como mujer, no pude ir en el Sahara en el sitio de Gadoufaoua para buscar el cocodrilo gigante, ni acompañando a mi colega hombre. ¡Una colega ha podido ir a Gadoufaoua y explorar Madagascar porque era acompañada por su marido paleontólogo! Otro ejemplo se basa en la subdirectora de Paleobotánica que pudo ir en Spitzberg con todo el equipo de hombres para la exploración y excavación ¡porque su esposo la acompañó (aunque no geólogo) y los dos eran alojados en una casita a parte del campo común!

Reconstrucción del cocodrilo gigante Sarcosuchus. Foto: FdL.

JS: ¿Cuál fue el momento más difícil durante su carrera? ¿Cómo lo superó?

FdL: Lo más difícil, por falta de tiempo y demasiado que hacer, fue cuando he tenido que presentar mi segunda tesis, porque no me quedaba más tiempo permitido por el CNRS. Acababa de tener dos hijos y tenía que hacer todo lo de la casa (limpieza, cuidado de los niños, compras, cocina, etc.). ¡Pasaba días de 12 horas o más de trabajo profesional y también utilizaba gran parte del fin de semana! ¡En la noche, me levantaba de la cama sin despertar a mi marido para escribir! ¡Durante las vacaciones me quedaba en casa para trabajar mientras la familia iba a la playa! Pero esto último supongo hubiera sido lo mismo para un hombre.

Aparte del rango superior, no había verdadera dificultad para una mujer en mi laboratorio y había un excelente ambiente. Pero cuando empecé, era una época de hombres dominantes. Así como otros, un gran profesor pretendía que describa los materiales inmediatamente, con prioridad, como si yo fuese su empleada. Si no lo hacía, se enojaba. Un día me retiró el material de cocodrilo que estaba describiendo, utilizando mis indicaciones, pero excluyéndome de la publicación. Los colegas (hombres más grandes que los de mi generación) que dirigían campañas eran también dominantes: si había una publicación ellos firmaban, pero nosotros que habíamos determinado material solo éramos mencionados en los agradecimientos. Era una sociedad de hombres dominantes, de “patrones” de la cual tanto varones como mujeres han sufrido. Pero yo había recibido una “buena educación” en general de sumisión “al hombre”, no tanto desde mi familia sino más desde la sociedad (por ejemplo, en los Institutos católicos de monjas donde me he educado donde se ponía en evidencia la noción de “pecado” y de “culpabilidad”). Así que no sabía defenderme. 

Otra dificultad de la época que he visto en el laboratorio, aunque sigue a veces, es que el hombre se impone más. Todo esto, en gran parte,ha cambiado en el Muséum gracias a la llegada de investigadores de mi generación y a la liberación de las costumbres sobre todo ¡después del “mayo francés” (mayo de 1968)!

JS: ¿Nos puede contar un poco sobre los primeros simposios sobre evolución de tortugas?

FdL: El Simposio de Evolución de Tortugas surge cuando he tenido la idea de reunir a mis colegas “queloniólogos/as” con quienes tenía comunicación epistolar. La primera “Mesa Redonda de Tortugas Fósiles” fue en 1983 en el laboratorio de Paleontología del Muséum de París y fue un éxito ya que todas las personas especialistas pudieron venir. El ambiente fue muy bueno, ¡incluso entre gente que en su gran mayoría no se conocían! En la reunión de 1983 estuvieron presentes 12 paleontólogos/as y algunos zoólogos/as (alrededor de 4). Los temas fueron varios: sistemática y descripción de las tortugas fósiles, sub-actuales y actuales. Esta Mesa Redonda fue el puntapié inicial para el encuentro regular de los “queloniólogos/as”, zoólogos/as y paleontólogos/as del mundo. Hasta el momento se ha organizado en varios países, cada 3 o 4 años y también se ha creado un grupo internacional de intercambio de publicaciones y novedades por el web.

Foto de los participantes de la primera “Mesa Redonda de Tortugas Fósiles”, París, 1983. 

JS: ¿Tiene alguna anécdota para contar de su carrera?

FdL: Sí, recuerdo una anécdota sobre el descubrimiento muy sorprendente de la tortuga fósil africana Pelomedusa senutpickfodina. Fue después del Congreso de Paleontología de África del Sur, que fue en la capital de Namibia, Windhoek, durante la excursión organizada por el Dr Martin Pickford y la Dra B. Senut. La excursión fue en el desierto de Namibia en un sector prohibido para el turismo porque también allí se encuentran diamantes. Después de una parte del día explorando y encontrando varios restos de la gran tortuga Namibchersus, teníamos que subir en el colectivo. A algunos metros del colectivo, cuando estaba haciendo la cola para subir, miré al suelo una última vez y, de repente, ¡donde toda la gente había pasado y pisoteado, vi algo redondo de menos de 20 centímetros aflorando un poco con lo que parecían plaquitas muy finas, verticales! Me parecía que era tortuga y no un huevo fósil de avestruz. ¡No tenía bolso y Martin me dio su boina! ¡Así que a toda prisa colecté el fósil y se vio bien que era una tortuga! A pesar de que este género, Pelomedusa, ocupa toda África (ahora al Sur del Sahel), nunca había sido encontrado un resto fósil. ¡Es un premio que se le da a los/as paleontólogos/as obstinados/as (¿testarudos/as?)!

Pelomedusa senupickfordina, hallada en el Mioceno de Namibia.

JS: Usted y Eugene S. Gaffney son referentes en la comunidad paleontológica dedicada al estudio de tortugas y sus carreras fueron contemporáneas. ¿Cómo fue su relación profesional?

FdL: Nuestra relación fue buena y sobre todo respetuosa. Nos debemos mucho el uno al otro. Los dos hemos trabajado en paralelo sobre varios grupos de tortugas del mundo, revisando y haciendo descubrimientos en varios países y grupos (lo que es difícil de hacer hoy). Lo que nos ha unido es que ¡los dos estábamos de acuerdo sobre el hecho cuál era el mejor grupo de estudio! El estudio de las tortugas no estaba demasiado desarrollado, lo que permitía poder estudiarlas de forma integral. ¡Los dos hemos empezado en una época donde las tortugas parecían un grupo inferior, nulo! ¡Nadie las quería estudiar! He tenido solo dos estudiantes en París, mujeres, ya que los hombres han rechazado mis propuestas y han preferido estudiar dinosaurios o cocodrilos. E. S. Gaffney y yo hemos sido más unidos sobre todo después de mi trabajo de 1988 sobre la nominación del grupo Pelomedusoides. E.S. Gaffney ha seguido mi propuesta y ha profundizado los estudios en las pleurodiras, tratando de desarrollar más su sistemática, hasta el final de su carrera (2006, 2011 y más). ¡Nuestra divergencia ha sido porque él prefería los cráneos como única fuente de caracteres determinantes para la sistemática! Mientras yo he preferido estudiar más a fondo cada fósil incluyendo a la vez todo lo que tengo: el cráneo, el caparazón, el cuello, postcráneo, etc. para unir localmente los animales por grupos y subfamilias (basándome en la paleogeografía) antes de atreverme a proceder a un análisis cladístico. ¡Pero todo esto no nos ha separado! Cada uno sabía encontrar y utilizar lo que le parecía mejor en el trabajo del otro: hubo mucho respeto entre nosotros dos, admiración, además de amistad.

JS: ¿Cómo fue, y hasta cierto punto cómo es, trabajar en una de las instituciones más emblemáticas, de gran trayectoria e importancia como es el MNHN de París, Francia?

FdL: ¡El MNHN es un museo donde hay casi todo lo necesario para desarrollar investigaciones! Hay colecciones históricas y actuales de zoología, colecciones de anatomía comparada, colecciones de fósiles desde Cuvier hasta colectas recientes, laboratorios técnicos y de geología, biblioteca central universal y biblioteca de paleontología. En la actualidad, el Museo se ha diversificado incorporando tecnología de todas las clases y en relación con el público se ha instituido como “Museo de Francia” (como el Louvre, por ejemplo).

Exhibición de paleontología del Muséum National d’Histoire Naturelle de París. Foto: Juliana Sterli.

JS: ¿Cuántos fósiles de tortugas se estima que tiene la colección del MNHN? ¿Cuántos holotipos?

FdL: No sabemos con exactitud ya que los especímenes de tortugas están parcialmente registrados en la base pública JACIM-MNHN (web). Hay muchos miles de especímenes de tortugas y un número grande de holotipos. Empezamos a catalogar las tortugas fósiles listadas en catálogos de trabajos publicados. Los holotipos, figurados y numerados serán registrados poco a poco en la base JACIM-MNHN. Pero no todos los fragmentos y especímenes: ya que muchas veces los animales se encuentran fraccionados en el terreno y un caparazón de tortuga contiene alrededor de 40 placas y a veces incluso ¡pueden estar fragmentadas! Tenemos en la sala “compactus” alrededor de 35 columnas de 15 cajones cada una con restos de tortugas. Cajones con un individuo o muchos, unos más grandes para especímenes más altos, y ciertas tortugas de gran tamaño puestas aparte y alrededor de 35 especímenes expuestos en la Galerie (especímenes grandes o pequeños, completos o hasta elementos sueltos del esqueleto). Al menos el número de holotipos vamos a conocerlo al fin del año ¡si se siguen los trabajos que realizamos junto mi colega!

JS: ¿Cuál es la tortuga más emblemática de la colección/exhibición? ¿Por qué?

FdL: Es la “tortuga de Perpignan” del Plioceno de Perpignan (France), Titanochelon perpiniana (Depéret, 1885). Es una tortuga de más de un metro y está presentada verticalmente con el cráneo arriba, cola abajo, vientre en el frente. Cuando se llega a la Galerie de Paleontología desde el piso inferior, en lo alto de la escalera se entra en la sala y uno se encuentra en frente de la tortuga gigante ¡los/as niños/as sobre todo se quedan asombrados/as, sin aliento!

Foto de Titanochelon perpiniana exhibida en el Muséum National d’Histoire Naturelle de París. Izquierda: France de Lapparent. Derecha: S. Donnezan, nieta del descubridor de este espécimen.

JS: ¿Cuál es el trabajo que una persona que estudia tortugas fósiles debe leer sí o sí?

FdL: ¡No creo que pueda elegir un solo trabajo! No encuentro un tratado actual ni autor generalista que enseñe el orden bastante finamente, aunque hay algunos como Mlynarski (1976), Danilov (2005), y la serie editada por Joyce. La persona que empieza a estudiar tortugas puede primero tomar cualquier libro sobre generalidades de las tortugas actuales, uno que haya salido en su país, en su idioma, para familiarizarse con las familias y los nombres. Después es bueno mirar las obras básicas de anatomía comparada (libros generales de Romer 1956, 1966), el tratado biológico de Carl Gans, para la anatomía del cráneo ver Siebenrock y McDonald retomados en Gaffney (varias síntesis); para vértebras ver Williams (1955). Para partes del mundo: como base para América del Norte hay que leer a Hay (1908) antes de pasar a varios paleontólogos de nuestro tiempo; para el mundo europeo terciario de base: Broin 1977 (donde hay muchas figuras y dibujos de los grupos aun actuales); para África: Broin 2000 (establecimiento de la fauna, catálogo con referencias); para Asia: leer autores como Danilov e Hirayama. Para las tortugas marinas: de base Zangerl (1948-55, 1971), Hirayama (1995, 1996) y del equipo de Parham y Lapparent de Broin. Después, depende del grupo y de la edad del fósil a estudiar.

JS: El paleontólogo argentino Marcelo S. de la Fuente fue su estudiante. ¿Cómo fue trabajar con él?

FdL: A Marcelo lo he considerado como un joven colega más que como un estudiante. A él le he transmitido mi experiencia sobre el estudio de las tortugas, especialmente de las pleurodiras. El trabajo común fue fructuoso, signo del buen entendimiento que teníamos, que resultó en la primera obra común importante: la síntesis de las tortugas de Argentina (1993).

Marcelo S. de la Fuente y France de Lapparent durante la visita de Marcelo en París durante agosto de 1991.

JS: Durante la década de 1990 Usted visitó la Argentina. ¿Qué instituciones visitó? ¿Cómo fue la experiencia en el país?

FdL: Fue una experiencia única para mí por la observación del material de un mundo muy lejano al de Europa. Visité los museos de Buenos Aires y de La Plata para estudiar tortugas fósiles muy importantes para mi propio trabajo y para el trabajo en conjunto con M. de la Fuente. Estudiamos las fantásticas colecciones de tortugas cretácicas con quélidos muy antiguos encontrados por el Pr J. F. Bonaparte y las extrañas formas jurásicas litorales-marinas de la Dra Zulma Gasparini y de la Dra Marta Fernández. He tenido la suerte también de observar material de otro grupo totalmente distinto al de Europa y Norte de Gondwana como lo es el material cretácico del linaje de los meiolaniidos de Los Alamitos y de La Colonia. Mi viaje se prolongó en visitas a otras instituciones y exploración de campo. Con M. de la Fuente hicimos un fructuoso viaje de visita en Neuquén (Universidad y campo) visitando las localidades cretácicas de El Chocón y de Lago Barreales con el muy estimado Jorge O. Calvo donde colectamos material muy interesante que sería objeto de estudio de trabajos ulteriores de M. de la Fuente. También fuimos a ver material en el Museo de Plaza Huincul lo que fue muy novedoso.

JS: ¿Qué consejos daría a una persona que quiera dedicarse a la paleontología?

FdL: Aconsejo no seguir la moda, sino hacer una moda nueva, haciendo geología y biología a la vez. Desde la biología he inculcado que se tienen que estudiar los esqueletos actuales para determinar y/o re-determinar los fósiles (como hice en el Terciario de Francia, en Broin 1977), comprender cómo se produce la especiación en las especies actuales, diferenciando bien los caracteres, aceptar una divergencia controlada, con el entendimiento de la imposibilidad práctica de ciertas derivaciones o de ciertas reversiones que presentan los resultados de los programas, aceptar el fenómeno de la evolución en mosaico, y reconocer los múltiples paralelismos. También valorizar la sistemática basada sobre bastante material de todas las partes del individuo (no solo el cráneo o un fragmento mínimo de un animal) dibujando y fotografiando el máximo de especímenes posibles, no basarse sin control sobre un trabajo anterior o criticarlo sin razón. Practicar el dicho “tesis, antítesis, síntesis”; ¡es aprender a comparar punto por punto! Mi consejo sería ¡tratar de ver el mayor número de colecciones posibles! ¡Fácil a decir, difícil a hacer!

JS: En este momento Usted está jubilada, pero por lo que me comentó sigue vinculada al MNHN y ha publicado trabajos. ¿Cómo es su día a día como paleontóloga jubilada?

FdL: “Trabajo” dos o tres días en el Muséum de Paris para, junto con personal capacitado, registrar los fósiles de tortugas, y a veces de cocodrilos, que han sido movidos recientemente a un nuevo edificio. El trabajo consta de poner la información en etiquetas, añadir copias de los artículos (si corresponde), digitalizar los números ya dados, y ayudar a encontrar los fósiles de tortugas y cocodrilos para los visitantes. También preparo la devolución de tortugas en préstamo a su institución de origen con la información necesaria. En casa, me mantengo informada de las novedades y las registro para una necesidad ulterior. Tengo siempre un artículo en preparación con colegas del Laboratorio o de otra institución.

JS: Dada su experiencia en las ciencias, sobre todo en la paleontología, ¿qué le diría a una niña o a una adolescente que quiere hacer ciencia/paleontología?

FdL: Aconsejo estar interesada por todo, abrir las orejas y escuchar (¡más que hablar!), pero siendo mujer aconsejo no dejarse intimidar y hacerse valer cuando sea necesario: creer en sí misma, en sus cualidades. ¡Ser capaz de luchar para obtener fondos y todo lo necesario en competencia con otras personas! A pesar de tener una vida familiar, no tener miedo de trabajar tarde si es necesario (¡sin exagerar!), de viajar en condiciones simples no siempre confortables, de ir al campo, etc. ¡Para esto hay que ser bien organizada! No tener miedo de trabajar con sus propias manos (aunque haya preparadores, nunca hay bastantes): ir a excavaciones, preparar fósiles y hacer moldes. Hay que aprender a sacar fotos, hacer dibujos, aprender a utilizar distintos programas para hacer dibujos y figuras, aún si tenemos fotógrafos o ilustradores.

Conocíamos su trabajo, ahora conocimos a France y su inspiradora historia de vida y trabajo.                  

Desde nuestro lugar, continuaremos estudiando, trabajando  y reforzando su legado sobre rol de la mujer en la ciencia.

Más información:

Volumen especial en honor a France de Lapparent.

Pereda-Suberbiola, X., & Ruiz-Omeñaca, J. I. (2012). Discovery and study of dinosaurs from Spain: The contribution of Albert F. de Lapparent. Comptes Rendus Palevol, 11(4), 315-322.

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