Reconstruyen el cerebro de un dinosaurio patagónico

El estudio revela claves sobre la evolución del sistema nervioso en los primeros saurópodos

La investigación permitió reconstruir el cerebro y el oído interno de Bagualia alba, un dinosaurio saurópodo del Jurásico Temprano hallado en la provincia del Chubut. El trabajo brinda información sobre cómo se desarrollaron sus sentidos, su locomoción y sobre la evolución del sistema nervioso en los primeros grandes dinosaurios herbívoros. El estudio fue publicado recientemente en la revista Papers in Palaeontology.

Reconstrucción digital del cerebro y oído interno de Bagualia

“Aunque el cerebro en sí no se fosiliza, podemos inferir su forma y la disposición de nervios, vasos sanguíneos y órganos sensoriales a partir del molde interno que dejan en los huesos del cráneo” , explica Kevin Gómez (CONICET-IIPG), líder de la investigación. Gracias a tomografías computadas y reconstrucciones digitales en 3D, los investigadores lograron recrear el interior de la caja craneana de Bagualia y observar estructuras vinculadas al equilibrio, la visión, el olfato y el crecimiento.

El análisis mostró que Bagualia tenía un cerebro pequeño en relación con su tamaño corporal, un sentido del olfato moderado, y limitada capacidad para mover ágilmente la cabeza y los ojos. Además, la zona del encéfalo relacionada con el equilibrio estaba poco desarrollada. “Estas características coinciden con su estilo de vida: un animal de gran tamaño, cuadrúpedo, de movimientos lentos, y que se alimentaba de grandes cantidades de plantas”

Evolución cerebro

“También notamos que el tamaño de su glándula pituitaria era muy grande. Esta glándula, responsable de liberar hormonas relacionadas con el crecimiento —entre otras funciones—, podría haber estado relacionada a los primeros cambios hormonales que impulsaron el crecimiento descomunal que vemos más adelante en los saurópodos”, agrega.

“A lo largo de la evolución vemos que los cambios en los sentidos —como el equilibrio o el olfato— se produjeron de forma más lenta que el aumento en el tamaño corporal. Esto contrasta con sus antecesores del Triásico, los sauropodomorfos más pequeños, que eran más ágiles, posiblemente omnívoros y con un sentido del olfato más desarrollado”, finaliza.

Réplica de Bagualia en el MEF

Bagualia alba vivió hace unos 180 millones de años y fue descubierto en rocas de la Formación Cañadón Asfalto, en el centro de Chubut. Es uno de los registros más antiguos de saurópodos conocidos hasta ahora, y su estudio llena un vacío clave en la comprensión de la evolución neuroanatómica de este grupo.

Los fósiles originales, incluido los restos del cráneo utilizados en este trabajo, y una reconstrucción completa de su esqueleto pueden verse actualmente en la exhibición permanente del Museo Egidio Feruglio (MEF), en la ciudad de Trelew.

El trabajo fue publicado por Kevin L. Gómez (Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología, IIPG: CONICET – Universidad Nacional de Río Negro), Ariana Paulina-Carabajal (INIBIOMA: CONICET – Universidad Nacional del Comahue / Museo Paleontológico Bariloche), Diego Pol (CONICET-Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia) y José L. Carballido (CONICET-Museo Paleontológico Egidio Feruglio).