Una investigación, de la que participaron científicos del Museo Egidio Feruglio, brinda más información sobre una especie de árbol extinta que vivió en el Eoceno de la Patagonia emparentada con Ginkgo biloba.
G. biloba, conocido por sus usos terapéuticos tradicionales especialmente en China, es considerado un “fósil viviente”. El motivo es que el grupo al que pertenece esta especie, denominado Ginkgophytas, surgió en el período Paleozoico (hace más de 250 millones de años atrás), y aún no se ha extinguido. Otras especies incluidas en este selecto “club de supervivientes” son los cocodrilos, el tiburón elefante y el pehuén (Araucaria araucana).
Las Ginkgophytas se diversificaron a lo largo del tiempo, especialmente durante el Mesozoico. En América del Sur fueron abundantes, pero en el Terciario su población disminuyó rápidamente. Actualmente, sólo el Ginkgo biloba está presente, principalmente en el Sudeste asiático.
Una especie en particular, llamada Ginkgo patagonica, fue descubierta en la década de 1930 y las hojas fósiles (ver foto) encontradas son el registro más reciente conocido de este grupo en Sudamérica. En la investigación se utilizaron hojas fosilizadas descubiertas en Laguna del Hunco (Chubut), actualmente en la colección dle MEF, y en Río Pichileufú (Río Negro). Así, los científicos realizaron un detallado estudio anatómico ampliando la descripción original de la especie y reconociendo que se trata en realidad de otro género. De modo que los autores proponen la nueva combinación Ginkgoites patagonica
¿Por qué los ginkgos se extinguieron de Patagonia? El equipo de investigadores, liderado por Liliana Villar de Seoane, sugiere que los cambios climáticos que afectaron la región, y especialmente a la Patagonia, fueron determinantes para llevarlos a su desaparición probablemente durante el Eoceno (entre 34 y 56 millones de años atrás). Estas condiciones de mayor sequedad y menor temperatura no fueron tan pronunciadas en el hemisferio norte y por eso, allí algunas variedades de Ginkgos lograron permanecer, aunque sólo el G. biloba se mantiene en la actualidad.
El trabajo que acaba de ser publicado en el International Journal of Plant Sciences, fue presentado por Liliana Villar de Seoane (Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia), y en la investigación participaron Rubén Cúneo e Ignacio Escapa (MEF), Peter Wilf (Penssylvania State University) y María Gandolfo (Universidad de Cornell). Imagen utilizada con permiso de los autores.