Fósiles hallados en Chubut ayudan a determinar la rápida recuperación de la vida en Patagonia luego de la gran extinción ocurrida hace 66 millones de años.

Estudios realizados en plantas fósiles encontradas en la Provincia del Chubut brindan información sobre cómo se recuperaron los ecosistemas en el Hemisferio Sur.

Hace 66 millones de años un meteorito de grandes dimensiones impactó sobre nuestro planeta, en lo que hoy es México, desencadenando una serie eventos que extinguió al 60 % de las especies, entre ellas, plantas, insectos y dinosaurios. Pero: ¿qué pasó después? ¿cómo se recuperaron las especies? ¿cuán rápido lo hicieron? Este nuevo trabajo publicado brinda algunas respuestas.

En una serie de yacimientos paleontológicos, correspondientes al período anterior y posterior a este evento de extinción, se hallaron fósiles de hojas con daños causados por insectos; estos hallazgos reflejan la diversidad de plantas y de insectos que existía en ese momento. No es común encontrar insectos fósiles, pero las marcas dejadas por ellos en las hojas (por ejemplo mordeduras por alimentación, marcas de postura de huevos o de desarrollo de larvas) permiten a los investigadores conocer qué grupos de insectos vivieron en el pasado, en base a la observación de las marcas dejadas por insectos en la actualidad.

Al comparar este registro con fósiles del Hemisferio Norte de características similares, los especialistas pudieron observar que los ecosistemas terrestres del Hemisferio Sur tuvieron una recuperación más rápida: mientras que en el Hemisferio Norte llevó 9 millones de años que se recuperara la diversidad de especies de insectos, en el Hemisferio Sur esta recuperación se registra en cuatro millones de años. Esta observación refuerza la hipótesis de que la vida sobre la Tierra se restauró antes en las zonas más alejadas al punto de impacto del meteorito.

La información que aporta esta investigación sobre lo ocurrido en los ambientes terrestres luego de una extinción masiva es muy valiosa, ya que la mayoría de los datos que se conocían hasta ahora corresponden a ambientes marinos. La investigación, publicada en la revista científica Nature, Ecology & Evolution, fue realizada por los paleontólogos argentinos Dr. Rubén Cúneo (CONICET-MEF) y Dr. Ari Iglesias (CONICET-INIBIOMA), en colaboración con investigadores de Estados Unidos (Dr. Michael Donovan, Dr. Peter Wilf y Dr. Conrad Labandeira; Universidad Nacional de Pennsylvania y Museo Smithsonian).