enero 2017

Fósiles encontrados en Chubut brindan respuestas sobre el origen de la familia de los tomates

Descubrieron en Chubut el registro fósil más antiguo de la familia que incluye a plantas de importancia económica como los tomates, berenjenas y morrones. Se trata de una nueva specie de tomatillo de 52 millones de años de antigüedad. La investigación será publicada mañana, 6 de enero, en Science, una de las revistas científicas más prestigiosas a nivel internacional.

En salsas, rellenos, acompañando pastas, en ensaladas e infinidad de platos; las papas, tomates, morrones y berenjenas son algunos de los alimentos más populares del mundo. Pertenecen a la familia Solanaceae, un grupo de plantas de importancia comercial que también incluye, entre otros, al tabaco, los ajíes y a los pepinos.

Hasta antes de la llegada de los españoles a América, estas hortalizas no eran conocidas en el Viejo Mundo; así que cuando estos productos se llevaron a Europa a finales del siglo XV, se produjo una revolución en la gastronomía y también en la economía. Actualmente se las cultiva en prácticamente todo el mundo, pero naturalmente se distribuyen en zonas más bien tropicales.

Desde hace tiempo los investigadores sabían que el origen de esta familia se encontraba en América, pero pensaban que había ocurrido en alguna región tropical, hacía no tanto tiempo. Sin embargo, los científicos descubrieron estos fósiles en Chubut, en una región actualmente árida, en un yacimiento de unos 52 millones de años de antigüedad. “Este nuevo trabajo, cambia muchísimo la historia de todo el grupo: revela que las solanáceas se habrían originado mucho antes de lo que hasta ahora habían determinado los relojes moleculares” comenta el Dr. Rubén Cúneo (MEF, CONICET), uno de los autores del trabajo y especialista en plantas fósiles.

El trabajo, publicado en la prestigiosa revista Science, fue realizado por el Dr. Peter Wilf de la Universidad de Pennsylvania; las Dras. Mónica Carvalho y Alejandra Gandolfo de la Universidad de Cornell y el Dr. Rubén Cúneo del MEF (CONICET).

El Tomatillo tropical en Patagonia

Desde su descubrimiento, hace aproximadamente cuatro años, los investigadores sospechaban que se trataba de algo especial. Los fósiles son impresiones en una laja que preservan una estructura fina y delicada parecida a un papel: la envoltura que rodea al fruto del tomatillo o linterna china, una variedad que en la actualidad, naturalmente se distribuye en regiones subtropicales. “Las características que se observan en el fósil no difieren en casi nada de lo que son los representantes actuales: las diferencias son mínimas, por eso se lo colocó en el género ​ Physalis (el tomatillo) y se le dio el nombre de la especie infinemundi, que significa del fin del mundo”, explica Cúneo.

¿Cómo es posible hallar un fósil de tomatillo en una región árida? En Patagonia ya no existe más este tipo de planta, pero hace 52 millones de años las condiciones climático-ambientales eran muy diferentes a la actualidad. “Cuando América del Sur estaba conectada a Antártida y Australia, había un gran corredor con características tropicales en esta región; fundamentalmente por dos razones: por un lado no existía la Cordillera de los Andes (por lo tanto había un régimen de lluvias muy importante) y por otro, no ingresaba la corriente marina fría que se produce luego de que se separa Patagonia de la Antártida. Esta separación hace que la corriente fría circumpolar antártica ascienda por el Atlántico Sur, se produzca el enfriamiento del continente y, en consecuencia, toda esta franja tropical-subtropical, que en el eoceno-oligoceno (inclusive principios del mioceno) estaba muy instalada (en regiones tan australes), comience a retraerse”, detalla Cúneo.

Al igual que el tomatillo, muchas plantas restringieron su distribución al cambiar las condiciones climáticas.

Paratipo tomatillo
Paratipo tomatillo. Foto: Eduardo Ruigomez

Un yacimiento único

Los fósiles fueron descubiertos en una localidad ubicada al Noroeste de Chubut bautizada por los científicos como “Laguna del Hunco”, un lugar que constituye una verdadera ventana al pasado. Rubén Cúneo, quien junto un numeroso equipo de paleobotánicos ha estado estudiando este sitio durante años, comenta: “el lugar se ha convertido en uno de los yacimientos más fantásticos del mundo, porque concentra una increíble diversidad vegetal, además de insectos, peces y anfibios. Esto lo convierte, en términos paleontológicos en un Lagerstätte”.

Un Lagerstätte es un yacimiento que exhibe una enorme diversidad de plantas o animales excepcionalmente preservados. “Aunque en el caso de Laguna del Hunco, sus fósiles no proveen el tipo de información anatómica que pueden aportar las petrificaciones, las impresiones que se encuentran en este lugar preservan estructuras a nivel de flores, frutos o semillas, que son muy informativas desde todo punto de vista”, aclara Cúneo. 

Los paleontólogos, a lo largo de estos años, han realizados importantes descubrimientos en el lugar. A este hallazgo, se suma el primer registro de ​ Eucalyptus en Sudamérica (cuyas especies actualmente son australianas e introducidas en el resto del mundo) y el registro más antiguo del género ​ Agathis (perteneciente a la familia Araucariaceae, un grupo que hasta el momento se pensaba de origen australiano o asiático). “Estos hallazgos, sumado a una numerosa producción de publicaciones científicas, ha colocado a este yacimiento en el top de lo que son los sitios paleontológicos de esta época”, agrega.

Wilf y Gandolfo en Laguna del Hunco
Wilf y Gandolfo en Laguna del Hunco. Foto: Pablo Puerta

Las características de Laguna del Hunco hicieron posible la preservación de una increíble diversidad de plantas. “Se trata de un depósito que se formó a partir de una caldera volcánica, que luego se transformó en un lago. Este lago estaba instalado en una zona muy lluviosa rodeada por un bosque increíblemente diverso. Entonces, todos los restos [del bosque] que se producían año tras año, caían al lago y se depositaban en el fondo, donde las condiciones anóxicas (sin oxígeno) eran suficientes para preservar restos orgánicos”, aclara Cúneo.

Es muy posible que en Laguna del Hunco se continúen descubriendo nuevas especies que aporten más información sobre el origen y evolución de diversos grupos. “Este lugar hace que Chubut, Patagonia y Argentina en general, estén muy bien posicionados en el registro de novedades a escala global, en términos paleontológicos”, culmina Cúneo.

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